Dictado es uno de esos títulos "clave" en una historia. Una pieza del puzzle, un detalle. Busca ser una película en la que los fantasmas dan más miedo tal y como nos los presentan, que si para mostrarlos echasen mano de muebles que se mueven solos y violentos efectos de sonido. El pasado, que siempre vuelve.
Botto y Lennie forman una pareja muy creíble y, a priori, envidiable. Son jóvenes y guapos. Botto es uno de esos actores que atrapan cada plano con unos ojos enormes; sin embargo, casi siempre está flojo de intensidad, habla como susurrando aunque la escena requiera una discusión y roza la pedantería. Nadie sabe por qué. A Lennie le sucede al contrario. Ya gustaron sus minutos en La Piel que Habito (Pedro Almodóvar, 2011) y vuelve a gustar en este papel. Es una actriz a la que se ve cómoda en pantalla, que sabe llevar el ritmo y el tono secuencia a secuencia, y que deja hueco para que uno pare, respire y siga convencido de lo que nos está contando.
La muerte es un tema recurrente en el cine de Chavarrías, al que se le da relativamente bien hablar sobre el comportamiento humano en este tipo de situaciones. Analiza y profundiza en la inocencia y la maldad que pueda haber, en este caso, en la muerte de un crío. Es ahí donde está la reflexión de Dictado. El director deja la pelota en el tejado del público para que sean ellos quienes decidan si está o no justificado un acto maligno llevado a cabo por niños, en un contexto de juegos y lecciones que sólo los niños entienden.
Así propuesta, la historia es muy atractiva. Mantiene correctamente la intriga por conocer los porqués de la protagonista y el pasado de Daniel (Botto). Ahora bien, la dirección de Mágica Pérez deja mucho que desear. Pese a que la niña se entrega, uno no puede sino ver extremadamente forzadas las miradas "inquietantes" de la niña, giros de cabeza demasiado bruscos y escasos matices, que la convierten en un personaje al que esperamos ver inflarse en consonancia con la trama, pero que se queda frío y no suscita ningún miedo.
Vemos una película mediocre, con una buena historia y un planteamiento elaborado; sin embargo, una dirección pobre afea lo que el espectador desea que se levante y yerga con solidez; como un buen argumento de suspense-terror se merece. La fotografía adecenta, aunque la imagen no está muy lograda y el arte es muy mejorable. Con estas características, Dictado aprueba porque nos cae bien, pero raspa el cate.
Quizá no te arrepientas de haber conocido a esa niña.
Lo mejor: la historia se aguanta en pie bastante bien
Lo peor: Botto y Mágica Pérez, no muy convincentes
Nota: 5.5
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