La oportunidad de reinventarse es el punto de partida de esta historia, dirigida por John Madden y protagonizada por algunos de los mejores actores británicos de todos los tiempos.
Un grupo bastante “senior” se ve abocado a empezar de nuevo en un hotel de la India, por distintas circunstancias cada uno; y ante el reto de adaptarse a este nuevo país, costumbres y compañía, descubrirán que éste puede no ser solamente el final, sino también un comienzo.
El acierto de Madden radica en juntar a este cast imponente y elegante, y embarcarlos hacia un país donde se encuentran tremendamente descontextualizados. Arranca El Exótico Hotel Marigold reflexionando sobre la escasez de posibilidades del ser humano cuando entra en la tercera edad. Tal vez un poco estereotipado, aunque bien escrito y dirigido, aportando pinceladas sobre los personajes que en poco tiempo describen a cada uno de ellos. Rápido y eficiente, como sus propias vidas.
La moraleja es simple. La cinta tiene un público objetivo claro y reconocible: aquellos espectadores contemporáneos a los protagonistas; los cuales, tienen dos opciones. La primera es abstraerse de la identificación y disfrutar la película como la comedia madura que pretende ser. La segunda, es entender y empatizar con alguno o con todos los personajes, sufrir y adaptarse al metraje al mismo ritmo que avanza éste. Claro que también pueden negarse a pensar que la jubilación tiene algo que ver con semejante panorama. Tampoco es el que el film haga un retrato fiel, sino más bien establece unas descripciones tipo collage, de los casos más representativos. Que nadie quede excluido, pero que a nadie le duela demasiado.
Lo recomendable para disfrutar esta película es no crearse unas expectativas muy altas al adquirir los tickets. Es inevitable fijarse en el cartel, con todos esos rostros conocidos que llaman a la memoria cinematográfica de la mayoría. Judi Dench (Elisabeth, J. Edgar), Maggie Smith (Harry Potter), Tom Wilkins (Full Monty) y Bill Nighy (Love Actually) alzan la bandera de esta película y la colocan en los cines con la firme intención de resultar entrañables y entendibles. La elaboración de cada personaje es un diseño casi perfecto directo a la sensibilidad de quien los ve. No obstante, no se puede alabar en exceso la labor de dirección de estos actores, que casi actúan sólos. Cada uno con su propia atmósfera, drama y humor. Dev Patel (Slumdog Millionaire) es el contrapunto, la energía, la hiperactividad que llega incluso a sacarle a uno de quicio. Congenia al 100% con sus veteranos compañeros, y suponemos que igual que su personaje, habrá aprendido de la experiencia. Tampoco se queda a un lado, participa y aprovecha para destacar (que es lo que debe hacer).
Madden se salva por la sabia elección del reparto y la inteligencia cómica de algunos de sus planos. Rodea el argumento con una tristeza optimista, a pesar de que parte del negativismo, de un “no hay salida” en el que cada cual asume sus posibilidades de una forma distinta.
De no ser por estas cualidades, estaríamos ante una película tirando a vacía, cercana al aburrimiento, de discurso cansino y sin una fluidez narrativa destacable. Eso sí, un homenaje a la tercera edad que resulta más necesario de lo que uno esperaba.
Tanto pesa la vida, que hay que agarrarse al último clavo que arde. Aquí, en la India o en los mejores cines.
Lo mejor: la belleza extrema de Judi Dench / El personaje-interpretación de Maggie Smith
Lo peor: puede que resulte cansina para la juventud más marchosa
Nota: 6
No hay comentarios:
Publicar un comentario