El debut en la dirección de Angelina Jolie resulta, y esta palabra lleva resonando en mi cabeza todo el día, atroz. Cualquier guerra es atroz y el amor, en ocasiones, también lo es. En Tierra de Sangre y Miel no ofrece amabilidad posible. Los conflictos balcánicos son de los sucesos más complicados de la historia de la vieja Europa y esta cinta hace justicia a ese adjetivo.
Aunque es cierto que el tema "historia de amor entre personas de distintos bandos en mitad de una guerra" está bastante manido, Jolie añade una severidad a su film que lo hace extrañamente emocionante.
Ajla (Zana Marjanovic) y Danijel (Goran Kostic) son dos personajes bien elaborados que tratan de sobrevivir, cada uno a su manera en un momento histórico en el que uno apenas podía elegir salvar su vida y aún así, la forma de hacerlo no iba a resultar nada fácil.
Este conflicto, que recuerda bastante a la Alemania de la II Guerra Mundial -con cincuenta y tantos años de diferencia-, se basaba en ponerle fin a la coexistencia de la diferentes creencias religiosas en la Serbia de principios de los 90. Ante semejante debate, no hay amor que te salve.
Angelina Jolie cumple, eso es innegable. Firma una película en la que la misericordia de un capitán del ejército serbio no es suficiente para endulzar las brutalidades que se cometieron en aquella guerra. Arranca la película con un estilo más o menos moderno en cuanto a estética, orquestación y dirección artística; no obstante, esta modernidad irrumple con violencia a los pocos minutos de presentarnos a sus personajes principales.
Las treguas, los respiros que se encuentran a lo largo del metraje, no son sino pequeñas muestras de que la paz no es posible ni geográfica, ni cinematográficamente hablando. Parece como si la trama hablase por sí sola avisando de que has de mantenerte alerta, sino quieres que un estallido te levante de tu butaca más de lo esperado.
Parece que la actriz y directora ha aprendido durante todos estos años, como puede apreciarse en los planos, perfectamente compuestos e iluminados, perfectamente estudiados. Más allá de querer dejar un mensaje al mundo de su punto de vista sobre esta guerra, también hace una película en la que los huecos son tan importantes como las secuencias más trascendentales.
Sin embargo, peca de alargar sucesos que con unos pocos segundos ya bastaban para ser explicados. Fallo de debutante, se deduce. No es preciso que al espectador le muestres cada detalle de una escena, siempre es adecuado dejar algo al intelecto y saber ver del público; o algo que descubran una vez haya terminado la cinta.
Sobre todo, esta película resulta muy creíble gracias a su reparto. Actores nativos de la región balcánica que echan el resto en cada escena, sin importarles qué dirán de ellos en su tierra, aún sabiendo la polémica que traerá su participación en el proyecto, no muy bien acogido entre ciertos sectores reacios a estas alturas a que se juzque a todos los serbios por igual; entendible, ya que no a todos los alemanes se les tacha de nazis... Pero el caso es que este acontecimiento tuvo lugar hace 20 años, y aún hoy, como reza el final de la película "reina una paz inquieta".
Aún es pronto para afirmar que quien arriesga, gana. En cierto modo, es relativamente fácil para una personalidad como Jolie rodar una película de tales dimensiones, del tal crudeza y violencia que se desborda por todas sus partes. Como mínimo, cuenta con el respaldo de su popularidad y de la ONU.
Tiene toda la pinta de ser la película que ella quería hacer. Es una película personal, íntima incluso, sin sutilezas. Quiere decir lo que quiere decir.
A la película le damos el visto bueno, pero no vayan a pensar que es mínimamente sencilla. Tiene mérito escribir y dirigir este film, sobre todo sin que éste pierda intensidad al pasar del papel a la pantalla. Se incrusta en el pecho, tal vez por el salvaje diseño de sonido, que más que acompañar, es un protagonista más de la historia; y uno jamás quisiera estar en el lugar de ninguno de los personajes. La identificación es imposible. Pero si ese era el objetivo, lo ha logrado.
No esperen que la película siga el patrón shakespiriano de Romeo y Julieta. Angelina no juega a ese juego.
Lo mejor: la composición de muchos planos / su llegada tan directa al espectador
Lo peor: algunos tramos que ralentizan el ritmo / su violencia extrema (no para los fans del cine violento y de los videojuegos bélicos, a los que les encantará)
Nota: 7
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