jueves, 16 de febrero de 2012

INTOCABLE: La incansable carrera de la vida

Francia envía un regalo al mundo en forma de comedia. Eric Toledado y Olivier Nakache presentan Intocable, y no puede llegar en mejor momento. La historia de un tetrapléjico que da, tal vez, su primera oportunidad a un muchacho negro sin muchas expectativas en la vida.

La trama, a priori, podría parecer típicamente lacrimógena: en estos momentos de crisis mundial, una película europea propone a un tetrapléjico millonario que contrata a un joven y pobre chico de origen senegalés, que vive en una barriada de París, para que aprenda a trabajar y se enseñen los verdaderos valores de la vida mutuamente.

Sin embargo, y aquí está lo grande de esta cinta, es que aunque ésta sea la historia, no es así el planteamiento de la película. Aunque sus raíces son profundas y la reflexión también, la materia esencial de Intocable (Intouchables, en original) es la comedia y el dibujo de los personajes.
Es imposible no verse reconocido en Driss (Omar Sy); es imposible no reír con la espontaneidad de este personaje, con sus salidas de tono siempre en el momento que parece más políticamente incorrecto, pero más adecuado para que es espectador se enternezca y se divierta a partes iguales.

François Cruzet, por su lado, luce magnífico como tetrapléjico. Por qué no. Lo magnífico de su actuación no es lo más o menos lograda que esté su parálisis, sino la serenidad de su interpretación. Equilibrado, cómico dentro de la serenidad, elegante, discreto. Como si dejase hacer al personaje a su aire, dándole espacio y tiempo.
Ambos protagonistas se complementan y engrandecen al mismo ritmo, rodeados de uno secundarios de primera; en este caso, secundarias: Anne Le Ny y Audrey Fleurot, la primera, vista recientemente en Declaración de Guerra (Valerie Donzelli).

Toledano y Nakache consiguen que uno se vuelva más amable al salir del cine, harto de reír y de comprender que hasta en la peor tragedia existe una parcela reservada para ser mejor persona, para buscar otras opciones y otras salidas que no sean salir corriendo o ahogarse irremediablemente. Logran, además, una narrativa que fluye a la perfección; sin momentos más lentos unos que otros; una fotografía bien conseguida, sin grandes pretensiones, y unas secuencias dramáticas, principalmente protagonizadas en el inicio por Sy, que equilibran la realidad tan cruda de su personaje, con las humildes aspiraciones (pero aspiraciones, al fin y al cabo) que demuestra tener finalmente.

Tal vez uno destile cursilería al salir de ver este film, pero ver semejante derroche de talento transformado en guión cinematográfico, con tales matices cómicos sustentados, únicamente, en comprender la complejidad o la sencillez de dos personas radicalmente distintas al primer vistazo, pero con una capacidad de retroalimentarse tan fluida que parece que viniesen de lugares idénticos; la verdad, no es para quedarse corto en halagos hacia estos directores y estos actores. No sería justo para una película que no puede hacer daño a nadie y que se esfuerza de este modo en hacernos sentir un poco mejor.

Ludovico Einaudi pone la música con un tema principal intenso, pero que al primer contacto logra una conexión imagen-espectador fortísma. Temas de Earth Wind and Fire, Chopin, Bach y hasta de Nina Simone, componen una banda sonora que define, como principal objetivo, a los dos personajes; mostrando así sus diferencias y, del mismo modo, sus similitudes.

No es por nada que sea la película más taquillera del año en Francia y la sexta más taquillera en la historia del cine de nuestro país vecino.
Este arte demuestra una vez más que es capaz de superar los prejuicios y las quejas de los espectadores. Vean más cine europeo, amigos. Vean este cine tan francés y tan universal. Todos necesitamos una primera oportunidad.

Lo mejor: tantos momentos memorables / la debilidad de las extremidades auditivas de Philippe
Lo peor: ?

Nota: 9.5
Estreno: 9 de marzo




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