jueves, 19 de enero de 2012

HOOD TO COAST. EL MAR ESPERA


Es curioso cómo alrededor del mundo se hacen millones de obras de arte y uno, que no puede estar en todas partes, se siente como un minúsculo puntito con los brazos bien abiertos para ver si puede llegar a tocar algo más allá de las propias paredes de su habitáculo.

Es ésta la sensación que he experimentado al toparme con el documental Hood to Coast.
El film, dirigido por Christoph Baaden y Marcie Hume, nos permite seguir desde lejos, y las veces que queramos, la carrera de relevos más larga de EE.UU. (de Oregon a la costa californiana).

Me gustaría que todo el mundo que tiene ciertos prejuicios con los documentales, se tomase el tiempo de ver alguno, sobre la temática que más les guste (deportes, cultura, ingeniería, historia...) y prueben a aprender algo nuevo a través de ello. No todo lo que se aprende es material. A eso voy.

En este documental no se premia especialmente la pericia del director, sino el fin último del género documental: revelar al mundo algo que no conoce.
Se siguen a cuatro de los equipos participantes, aunque sin excluir otras historias que, tras leer la sinopsis en su website, superan todas las expectativas.
Desde el hombre que sufrió un infarto participando y vuelve, ¿por qué no?; a la familia que libera sus fantasmas haciendo de esta carrera, un ritual.

Disculpen. No quise decir antes que el/los director/es no supieran dirigir. El ritmo se vuelve rápido cuando la emoción de los relevos y la constancia aprietan, y afloja como acompañando el cansancio de los participantes. Familias,amigos, vecinos, tal vez amantes... Se encuentran compitiendo por algo más allá que un título. Compiten contra sí mismos en primer lugar.
Suerte que llega Nathar Barr y levanta el ánimo.

El compositor, que en su etapa un poco más júnior fue asistente de los de "mira, y aprende", de Hans Zimmer, firma la banda sonora original. (pinchad en "banda sonora original" para escuchar). Llena de folk y de sonidos que nos recuerdan a los pisotones de las deportivas contra la arena, levantando polvo.
Da cuenta de una música de herencia, de raíces norteamericanas. No hablamos del folk actual, fusionado y remasterizado. Folk de orquesta en un estudio de madera. Solidez ambiental, si es que el término existe. Si tuviera que señalar qué es lo que más me llama la atención de esta composición, creo que serían los matices. Uno no se da cuenta de lo difícil que tiene que ser combinar la solidez de una creación, con la sorpresa; bien, pues en la obra de Barr, son los matices los que te mueven de un lado a otro. Como si probase a cambiar de color en un mismo dibujo sin que te des cuenta y,cuando lo percibes, el dibujo ha vuelto a ser sólido de nuevo. Lo consigue.

La cámara también habla de colores, que casi nos hacen casi estar allí: verde, amarillo, azul, negro dorsal. Policromático cuando les vemos a todos, a una, esforzándose y sudando al mismo tiempo. Marrón tierra, que no queremos ver entre los dientes de nadie. Transparente agua, para ayudarse unos a otros. Los muestra todos tal y como son, sin efectos grandes de posproducción, volviéndose locos con el etalonaje. Al fin y al cabo, no nos olvidemos de que en una carrera, el cansancio puede alterar la visión.

Lo mejor: consigue mostrar que una carrera no es sólo una carrera.
Lo peor: la dicotomía entre salir a correr, o quedarte sentado viendo el making of que ofrece su página web.

NOTA: 8

Página web: https://www.hoodtocoastmovie.com/

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